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viernes, 15 de julio de 2011

LA ÚLTIMA NOCHE

SIPNOSIS: Después de haber sido condenado a siete años por tráfico de drogas, a Monty Brogan le quedan sólo 24 horas de libertad antes de ingresar en prisión. Después de haber sido el rey de Manhattan, está a punto de decir adiós a las luces de los flashes, a sus sueños de grandeza y al disparatado tren de vida que lo alejó de quienes lo querían de verdad. En estas últimas horas de libertad intenta recuperar la relación con su padre (Brian Cox) y con sus dos mejores amigos de juventud: Jacob (Philip Seymour Hoffman), un tímido profesor, y Slaughtery (Barry Pepper), un brillante broker de Wall Street. Y también con su novia Naturelle (Rosario Dawson), aunque podría ser la persona que lo delató a la policía.

Los actores, con una fuerza y credibilidad fuera de toda duda, estaban inmejorables. Visualmente la película estaba cuidadísima, hasta el más mínimo detalle. La música, una melodía maravillosa que nos transporta por la película con tanta suavidad que te provoca un olvido momentáneo espacio-temporal. Pero lo mejor de lo mejor es el espíritu de la película, su historia. Que te absorve sin remedio en el disfrute apasionado por el buen y el gran cine, el cine perfecto.

Plasma de un forma tan apabullante un tema como la amistad que es imposible despegarse de la veracidad, inteligencia y avidez de sus magistrales diálogos, diálogos que muestran la debilidad de cualquier persona en una situación que va más allá de lo imaginable, que nos hablan sobre miedos, frustraciones y temores gracias a la brillantez de la que hace gala.

En cuanto a los actores, un Barry Pepper magistral, que ofrece un recital interpretativo inigualable, un Edward Norton serio, conciso, fulgurante, capaz de aplacar cualquier resquicio de duda con un solo gesto, un Seymour Hoffman antológico, que agarra su personaje, escarba con fuerza y deja momentos de una brillantez inaudita, una Rosario Dawson pletórica, que arranca todas sus emociones con una simple mueca, con un sencillo posado.

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